Fracturas y Fisuras
Sacras (S1-S5)
Las fracturas y fisuras sacras se refieren a la rotura o grieta en el hueso sacro, que se encuentra en la base de la columna vertebral, entre las vértebras lumbares y el cóccix. La mayoría de estas lesiones ocurren como resultado de una lesión traumática o una caída directa en la región sacra, aunque también pueden ser causadas por enfermedades óseas debilitantes, como la osteoporosis.
Las fracturas sacras pueden ser completas o parciales, y pueden ser estables o inestables. Las fracturas estables pueden sanar con el tiempo con el tratamiento adecuado, mientras que las fracturas inestables pueden requerir tratamiento quirúrgico para prevenir complicaciones como la deformidad o la pérdida de la movilidad. Las fisuras sacras son pequeñas grietas en el hueso que a menudo son causadas por esfuerzos repetitivos, como el ejercicio de alto impacto, y generalmente se tratan con reposo y terapia física.
Las fracturas y fisuras sacras pueden presentarse con una variedad de síntomas, que incluyen:
- Dolor en la región sacra: El síntoma más común de las fracturas y fisuras sacras es el dolor en la región sacra, que puede ser agudo, sordo o constante. El dolor se puede sentir en la parte baja de la espalda, en las caderas, las nalgas y en la parte superior del muslo.
- Dolor al sentarse o al estar de pie: El dolor en la región sacra puede empeorar al estar sentado o de pie durante largos períodos de tiempo.
- Dolor al caminar o al subir escaleras: Las fracturas y fisuras sacras pueden hacer que caminar y subir escaleras sea doloroso.
- Dolor durante las relaciones sexuales: Las fracturas y fisuras sacras también pueden hacer que las relaciones sexuales sean dolorosas.
- Entumecimiento y hormigueo: La fractura o fisura sacra puede comprimir los nervios que pasan por la región sacra, lo que puede causar entumecimiento y hormigueo en las piernas.
- Problemas intestinales y de vejiga: Las fracturas y fisuras sacras también pueden afectar la función intestinal y de la vejiga, causando dificultad para controlar la micción y la defecación.
Tips de Prevención para las Fracturas y Fisuras Sacras (S1-S5)
Como medidas preventivas, puedes seguir los siguientes consejos para reducir el riesgo de fracturas y fisuras sacras:
- Fortalecer los músculos: Fortalece los músculos de la espalda, pelvis y abdomen por que te puede ayudar a prevenir lesiones en la columna vertebral y reducir el riesgo de fracturas sacras.
- Mantener una buena postura: Es importante que mantengas una buena postura al sentarte, pararte y caminar para evitar la sobrecarga de la columna vertebral y disminuir la tensión en las articulaciones sacroilíacas.
- Evitar caídas: Es importante que tomes precauciones para evitar caídas, especialmente en personas mayores o aquellos que tienen problemas de equilibrio o debilidad muscular.
- Evitar actividades que impliquen torsión o flexión excesiva de la columna vertebral: Es importante que evites actividades que impliquen torsión o flexión excesiva de la columna vertebral, ya que pueden aumentar el riesgo de lesiones.
- Mantener una dieta saludable: Una dieta equilibrada que incluya suficiente calcio y vitamina D puede ayudar a fortalecer los huesos y prevenir fracturas.
- Evitar el tabaco y el alcohol: El tabaco y el alcohol pueden debilitar los huesos y aumentar el riesgo de fracturas. Es importante limitar su consumo o evitarlos por completo.
- Realizar exámenes regulares: Si tienes un historial familiar de problemas de columna vertebral o de osteoporosis, es importante realizar exámenes regulares con un médico especialista en columna vertebral para detectar cualquier problema y tomar medidas preventivas.
Los tratamientos no quirúrgicos para las fracturas y fisuras sacras dependen de la gravedad de la lesión y pueden incluir:
- Reposo: en casos leves, se recomienda un período de descanso para permitir que la fractura o fisura sane.
- Medicamentos: se pueden recetar analgésicos para aliviar el dolor y los antiinflamatorios para reducir la inflamación.
- Fisioterapia: se pueden realizar ejercicios para fortalecer los músculos de la pelvis y la espalda, mejorar la movilidad y reducir el dolor.
- Terapia ocupacional: esta terapia puede ayudar a restaurar la capacidad de realizar actividades cotidianas y mejorar la calidad de vida.
- Inyecciones de corticosteroides: se pueden administrar inyecciones en la articulación sacroilíaca para aliviar el dolor y la inflamación.
El tratamiento de las fracturas y fisuras sacras dependerá de la gravedad y extensión de la lesión. En la mayoría de los casos, las fracturas y fisuras sacras pueden tratarse sin cirugía, pero en algunos casos, puede ser necesaria la intervención quirúrgica.
- Fijación interna: si la fractura o fisura es grave y hay una gran cantidad de desplazamiento, la fijación interna puede ser necesaria. Este procedimiento quirúrgico implica la colocación de placas y tornillos en el hueso fracturado o fisurado para mantenerlo en su lugar y permitir que se cure correctamente.
- Vertebroplastia: la vertebroplastia es un procedimiento quirúrgico que se utiliza para tratar fracturas por compresión de las vértebras de la columna vertebral. Se inyecta un cemento óseo especial en la fractura para estabilizarla y reducir el dolor.
- Kyphoplastia: la kyphoplastia es similar a la vertebroplastia, pero implica la inserción de un globo en la fractura antes de la inyección del cemento. El globo se infla para crear un espacio en la fractura, lo que permite que el cemento se distribuya más uniformemente.
- Instrumentación espinal: en algunos casos, puede ser necesaria la instrumentación espinal para estabilizar la columna vertebral después de una fractura o fisura sacra. Este procedimiento implica la colocación de varillas, tornillos y otros dispositivos en la columna vertebral para mantenerla en su lugar mientras se cura.
- Cirugía y/o Infiltraciones de PRP, Células Madre y Aloinjertos: Las infiltraciones de PRP (plasma rico en plaquetas), células madre y/o aloinjertos son tratamientos regenerativos que en algunos casos se pueden utilizar para tratar las Fracturas y Fisuras Sacras (S1-S5). En la actualidad, algunos médicos los usan en conjunto o separados. La hipótesis actual es que estas células madre tienen la capacidad de regenerar y reparar el tejido dañado en la articulación, reduciendo así el dolor, reduciendo la inflamación y mejorando la función articular. Por otro lado, en las infiltraciones de PRP, se inyecta en la región del cuerpo deseada para estimular la regeneración de tejidos y reducir la inflamación y el dolor. Por último, los aloinjertos a su vez pueden ser utilizados para la regeneración de tejidos ya que pueden incluir minerales para la regeneración de hueso, condrocitos y otros materiales biológicos.
Es importante tener en cuenta que estos tratamientos quirúrgicos pueden ser invasivos y pueden tener riesgos asociados.
Como cualquier enfermedad, lesión o dolor que tengas, es muy importante hablar con tu médico para obtener un diagnóstico correcto, un plan de tratamiento individualizado y saber qué tratamiento es el mejor para tu situación.
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